"Los policías que te apalean sin miramientos en la calle, se ríen de ti, intentan coaccionarte, te acusan de imputaciones falsas y no se identifican reglamentariamente. Son un grave problema y una vergüenza para el cuerpo policial que representan, también para los encubridores de los hechos y es totalmente incompatible con el modelo democrático sólido que disfrutamos.
Sin una buena formación, una reglamentación clara o delante la ausencia de cámaras
es un campo lo suficientemente abonado, para que las porras, las palabras chulescas y las imputaciones falsas afloren por encima de la autentica verdad de los hechos.
Nosotros somos trabajadores que defendemos derechos laborales y personales. No agredimos a las personas, no llevamos armas, ni cometemos actos delictivos. Entonces merecemos que se nos trate correctamente, no como auténticos vándalos. "
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