Con la convocatoria de huelga indefinida la patronal y el Ayuntamiento han empezado a ceder. Si los 25 minutos diarios son suficientes o no, esto debe ser valorado en la asamblea según la correlación de fuerzas que hay entre la hay entre vuestra huelga y la capacidad de resistir de la empresa. Pero lo que no se puede dejar para más adelante o como un tema de negociación individual son los expedientes y las sanciones que están sobre la mesa. Cualquier negociación futura quedará condicionada por este extremo y no se puede empezar la negociación de convenio -si así se decidiera aceptando la propuesta- con la espada de damocles de expedientes que en caso de reiteración podrían conducir directamente al despido de algún compañero.
La dirección de TMB no actúa como una pequeña patronal en la que los cálculos que hace en caso de huelga son: tanto tendría que pagar si acepto las reivindicaciones, tanto pierdo con la huelga. Lo fundamental de la dirección de TMB no es sólo su cuenta de resultados, sino su relación directa con el Ayuntamiento y, a fin de cuentas, con los partidos del Gobierno. Por eso su cuenta de resultados es esencialmente política. El pulso de la huelga se hace con el Gobierno municipal del PSC-IC/EuiA y el tripartito de Montilla (PSC-IC/EuiA-ERC).
Ellos han politizado el enfrentamiento, intentando empujar a la opinión ciudadana en vuestra contra, como antes hicieron con el profesorado que salió a la huelga contra la privatización de la enseñanza pública o criminalizando a los estudiantes que defienden la Universidad Pública contra los planes de Bolonia. Es gravísimo que partidos que obtienen su voto de la mayoría trabajadora del país gobiernen contra ella defendiendo a patrones y reprimiendo las luchas obreras. Pero así es, y así será hasta que los trabajadores levantemos una alternativa política y sindical. La criminalización está siendo una constante de las luchas obreras, así lo fue con los compañeros Cándido y Morala de la Izquierda sindical asturiana, o los compañeros de Iberia de El Prat.
Con esa finalidad, más política que económica, ha abordado Hereu/TMB la huelga. Más que los 2 días y el tiempo de descanso, su objetivo es impedir que se fortalezca un sindicalismo ligado a las bases, con asambleas donde cada trabajador/a puede hablar y donde se acata la decisión de la mayoría. Porque ellos saben que en la unidad y la democracia obrera con la que funciona una asamblea está la fuerza. Si esta lucha consigue una conquista, muchos y muchas serán las trabajadoras/es que reclamen lo mismo y cuestionen un sindicalismo burocrático en el que el único “derecho” del obrero/a es el de votar cada cuatro años qué gabinete gestiona nuevas concesiones..
Por ello y más allá de que 25 minutos sea aceptable o no, de ninguna manera se puede debilitar la fuerza con la que salimos de esta lucha y con la que se va a enfrentar el futuro. Y esta fuerza es la confianza en la asamblea, una mayor organización sindical y que ninguno de los compañeros/as que están amenazados con expedientes pueda ser fruto de represalias posteriores. Por ello cualquier acuerdo debería –según nuestra opinión- estar completamente condicionado a la retirada de todos los expedientes por parte de la patronal y a un compromiso para que las denuncias policiales sean sobreseídas.
Muchos ojos de trabajadores y trabajadoras están mirando vuestra lucha. Estáis demostrando que recuperando las armas de la tradición obrera se puede hacer retroceder a una patronal; y si eso cunde, empieza la cuenta atrás para las direcciones sindicales burocráticas, que están más preocupadas en mirar por los privilegios que caen de la mesa del patrón, que por estar al frente de la lucha.
Todo nuestro apoyo y solidaridad.
¡Adelante a por los dos días sin sanciones ni expedientes!
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